O gracias a.
No sé si esa pregunta encontrará respuesta o si,
De encontrarla,
Conseguirá satisfacernos en absoluto.
Ella te ama, lo sé. Pero es difusa.
No entiende de conceptos, ni de horas, ni de amor.
Ni siquiera de musas.
Pero cree siempre saber
Más de lo que sus versos dicen.
Es diáfana, triste y vanidosa y va y viene como cántaro a la fuente.
A romperse en todos los colores
Y en todas las pupilas
de un mundo que no es suyo
En rostros que no entiende.
A veces se despereza en tu sonrisa,
Revolotea en tus pestañas
Y durante,
al menos,
setenta y dos horas de luz,
eres todo poema en el que habita.
Otras, tus dientes la oprimen y muerden.
disfruta del daño y la herida,
y desea que la lírica
tenga tu nombre
como emblema.
Pero amor, hay segundos,
en los que tu respiración es lodo en sus alas
Y se retuerce y se muda y se hace extraña.
Y sólo quiere que te vayas,
Para sólo tenerme a mí.
A veces es una loca descarriada
Jugando a estrellar un coche en la pared
Para poder contar como el impacto
Destrozó las piezas
Pero no paró el motor.
Y entonces tiene ansia de barro y malicia
Y se vuelve insípida y se malhumora.
O se enajena en su locura
y lucha con fiereza
para romper
candados de los que guarda todas las llaves.
A veces se esconde en diez cervezas,
Otras me llama para colgarme después.
Y aprovecha cada segundo del contestador
Para trastocar todos mis sentidos.
Ella juega contigo, lo sé.
También conmigo se divierte.
No la culpes por ser traviesa y desconsiderada,
Es su naturaleza volar en círculos alrededor.
De ti. Y de mí.
Vive en mí
de alquiler tardío,
o de okupa contra las fuerzas de seguridad.
Una nada en el aire
esperando un big bang
en el que nacer
o morir.
En algún loco planeta
girando
alrededor de todos
los satélites que la atormentan.
La mayor zorra que he conocido.
Vanidosa y elocuente.
Déspota y cruel.
Mudable y caprichosa.
Una niña inmadura y detestable.
Asesina de corduras
y embajadora,
De la mayor parte de los vicios
En los que desearía consumirme.
No soy su primera víctima.
Seguro que tampoco la última.
Te la presento:
La llaman inspiración
pero según me susurra,
ese nombre ya no le gusta.
Fíjate, se lo puso ella.
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